Al que le rompí la cama (no regrets)

Lo vi dormir un rato y pensé dos cosas: lo mucho que me gusta su nariz y lo tanto que me gusta él.

Pero debemos recordar que no siempre nos pueden querer como quisiéramos. 

Por eso hay que despedirnos a tiempo y saber cuando es hora de ir a tomar mojitos con los ojos vidriosos.

Fácilmente, podría oler su piel todas las mañanas. Qué suerte tienes de vivir tan cerca de su corazón, Josefina.



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares