Somos suspiros ajenos



Hoy entré a un correo que hace años no revisaba porque guardo datos muy específicos y me llevé la sorpresa del día: dos años de emails (desde 2015 hasta octubre de este año) de un ex que en su momento quise y en su tiempo le perdoné muchas cosas, pero llegó a un límite que me hizo no querer volver con él.

Me recordó la vez que terminamos. Fue de visita a la ciudad en donde vivía y no se despidió de mí. Yo iba manejando apurada a su casa para alcanzarlo y decirle adiós, pero sólo me mandó un mensaje con un “lo siento, me tengo que ir”, dejándome otra vez sola, porque muchas veces me quise aferrar a lo poco que me daba, aunque las esperas fueran largas y tortuosas (entre otros detalles que ya no vale la pena explicar). Ese día me detuve en un mini super, compré unos cigarros, lloré poquito y me dije “nunca más”.

A partir de ese entonces tanto el hombre como el cigarro que tiré, se fueron de mis manos para no volver. Creo que fue en 2013, según mi oxidada memoria. Me rogó, lloró y se disculpó hasta el cansancio. Me escribió cartas que me negué a leer, porque nunca fue suficiente para mí el tratar de enmendar años de errores que de alguna manera permití y dejar pasar por otro pinche “lo siento” que se iba a extender hasta su próxima excusa.

Me dijeron una vez que nosotros siempre tenemos a alguien en quién pensar que no hemos podido superar, que nos deja algún asunto inconcluso con una factura que a veces pagan otras parejas. Ese huequito que duele cuando hace frío o está lloviendo y estás solo en tu cuarto. Aún no tengo claro quién es el mío (o si ya llegó), pero yo sé que he pagado los platos rotos de otros corazones que uno pensó que iba a salvar y fueron abandonados a la mitad del naufragio.


Somos ese recuerdo de lo que no pudo ser, de unas manos que se soltaron en algún momento y eso, muchas veces resulta ser lo mejor, porque la vida nos da lo que necesitamos, no lo que quieremos y eso está mejor. Somos suspiros ajenos, definitivamente. 

Comentarios

  1. Muy elocuente como siempre Marisol. Entre más te leo, por cualquier plataforma que ocupes, más te admiro y te respeto. Me encanta conocerte por la vía de las letras.

    Solo como acotación sin sentido, no todos somos suspiros ajenos, algunos sufrimos por gusto.

    No dejes de escribir por favor.

    Atte.
    Tu Fan. Siddharta

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares