Se nos muere la infancia

Hoy el internet me sorprendió con la noticia que se murió Adam West, nuestro precioso Batman a go go. Me puso triste porque me gusta mucho Batman en casi todas sus expresiones (no me hagan empezar con la película de forever de 1995) y empecé a ver sus episodios en internet. No es sólo el personaje, son los recuerdos.

Es el estar con mi hermano viendo episodios viejos del caballero de la noche, porque era lo que había, comiendo papitas con mis primos en el piso para no ensuciar los sillones. Esto era casa de mis abuelos. Cuando la televisión sólo tenía como 3 canales y nos tocó ver muchas peleas y bailes psicodélicos en ella, mientras mi mamá y mis tías jugaban baraja en la cocina. Muchas veces los gritos y las risas no nos dejaban escuchar la tele pero no nos molestaba, éramos felices y todo estaba bien desde mis ojitos de niña.

Era cuando te vendían el refresco en bolsa afuera de la escuela y el señor de las tortillas te regalaba una con salsa y sal. Cuando tu única preocupación era coleccionar tazos y buscar una monografía para mal pegarla en un cuaderno de cuadrícula grande. Cuando nuestros papás eran nuestros héroes personales y de una u otra manera, se encargaban de que no hubiera por que preocuparte. Había viajes a Disneylandia y todo eran personajes mágicos y fuegos artificiales a la media noche, cuando te estabas quedando dormido. 

Extrañé tiempos sencillos, cuando escuchábamos a Mercurio y el dólar estaba a 3 pesos, cuando me quería pintar las uñas y no me dejaban. Cuando me compré mi primer labial a escondidas y me dio tanto remordimiento y le dije a mi mamá porque me sentí muy mal (obvio me lo quitó).

Era no saber de problemas del mundo, porque tus papás te cuidaban de todo lo malo e ibas a ver a La Bella y la Bestia al cine, tu mamá hacía hamburguesas para ver la película y todo mundo escuchaba cuando abrías tu humilde coca de lata, lo que te daba una mezcla de risa y vergüenza. No nos dábamos cuenta de todo lo que teníamos. Sólo queríamos ser adultos y cambiar el mundo. Ahora, ya crecidos, lo único que pedimos es que el mundo no nos cambie a nosotros. Necesitamos una vida más simple.

A veces extraño ser niña, gracias por dejarme tener una infancia bonita. Gracias por recordármelo, Batman.





Comentarios

  1. Tus letras como siempre son una excelente forma de invertir el tiempo. No me gusta comentar cosas cuando todo está dicho. Solo decirte que esos guiños hacia tiempos más sencillos siempre se agradecen. Lo que hizo Adam West contigo, creo que lo acabas de hacer conmigo.
    Un afectuoso saludo.
    Excelente fin de semana

    Siddharta.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares